jueves, 12 de noviembre de 2009

BESTIARIO EN NOMENCLATURA BINOMIAL- Las bestias de David Caleb Acevedo

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David Caleb Acevedo con su poemario Bestiario en nomenclatura binomial nos navega en un viaje que rompe con los estatutos del tiempo lineal, para llevarnos a la catarsis de la reflexión sobre el camino recorrido por el hombre a través del tiempo. En sus poemas desarma el poderío individualista engendrado por los estatutos de la razón, para orgánicamente cruzarlo y hacer conciencia de la naturaleza del espíritu y su necesaria función en esta ecuación binomial. Es relevante y es la bitácora que nos navega acertadamente al renacer en la nueva realidad pluralista del ser que se transforma en el siglo XXI. Es un texto visionario que nos trae una nueva propuesta, un nuevo camino en el discurso poético de nuestra literatura. Este bien pensado y orgánicamente estructurado poemario nos lleva la mirada a ese punto final entre el fin y el comienzo de las cosas, para abrirle espacio a la necesidad del vacío como punto de entrada a esta nueva época donde “dos mantras al unísono pueden hacer de 20 dedos una sola mano que escriba nuestra historia y la de este nuevo mundo”.

Moisés Agosto Rosario
Escritor


La voz es esa criatura ajena entre el lenguaje y el cuerpo, y en este libro es siempre una voz que viene de lejos y que viene de lo alto. Por eso, las palabras que intentan descifrarla son palabras de altura, como Supernal o Primeval, indicadores de un espacio superior que nos roza con su presencia. En este libro no es incidental que las palabras más potentes sean ajenas o extranjeras. Cuando se leen en el espacio del poema, sin embargo, dejan de ser meramente anglo sajonas, como es el caso de estas dos, y forman parte del lenguaje del poema, un lenguaje que ya no es tampoco meramente español. De hecho, los nombres con que el poeta bautiza sus criaturas, sacados de la tradición científica de la nomenclatura binomial, que supuestamente le asignaría el philum y la especie de su pertenencia, son casi siempre neologismos tan fascinantes como caprichosos, engendros a su vez tan autónomos como los poemas, como si cada nombre fuese también un micro poema dentro del poema. David Caleb Acevedo le da una nueva dimensión al título tan trillado de escritor bilingüe. No se trata en él de las limitaciones supuestas del poeta latino sin dominio pleno de una lengua materna, sino del poeta para quien la poesía es una lengua materna.

Rubén Ríos Ávila
Crítico y catedrático, UPR
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