domingo, 27 de diciembre de 2009

LOS LIBROS DEL AÑO - Por Carmen Dolores Hernández



El Nuevo Día
San Juan, Puerto Rico
Domingo, 27 de Diciembre de 2009

Los diez libros puertorriqueños o sobre Puerto Rico que más impresionaron en el 2009, escogidos de entre los reseñados en estas páginas.

La vida a ratos, por Christian Ibarra (San Juan: Ediciones Aventis)

La significación de estos microrrelatos cuidadosamente construidos sigue expandiéndose en la imaginación después de acabada la lectura. Su brevedad no es óbice para un complejo desarrollo interno; son textos movedizos, que pueden cambiar sutilmente de plano o de énfasis.

Ver completo en: Los libros del año

jueves, 10 de diciembre de 2009

PREMIOS DEL PEN CLUB DE PUERTO RICO - Mejores Publicaciones Puertorriqueñas del 2008


Christian Ibarra y J.D. Capiello.


Recibiendo el premio.


Christian Ibarra - La Vida a Ratos
Mención de Honor Cuento
PEN Club 2009


J.D. Capiello - Casquillos
Mención de Honor Poesía
PEN Club 2009

martes, 8 de diciembre de 2009

Presentación Bestiario en nomenclatura binomial de David Caleb Acevedo - Por: Ángel Antonio Ruiz



Toda bestia, en el catálogo de los bestiarios fantásticos, es la convergencia de varias otras bestias reales conformando una bestia imaginaria. Armados como máquinas almadas, manía humana de jugar a la creación que en nuestros días se traduce en el diseño de robots, cyborgs o avatares y que dominan los mundos virtuales, son figuras en su mayoría grotescas que en su momento histórico tuvieron el propósito de ser una extensión de la palabra de un dios o una diosa, en cuanto eran moralizantes o alegóricas, representando, como toda estructura de valores religiosos, los temores del ser humano.

Acercarse a un bestiario fantástico, como el que nos trae David Caleb Acevedo, es acercarse a un mundo mítico – siempre formado desde una realidad conocida- no sin cierto tono de urgencia por lo que amenaza con extinguirse, y con un afán arqueológico que invita a descubrir posibilidades alternas, realidades paralelas y temores ancestralmente humanos. Como por ejemplo el asunto de la progenie y de la extinción de la raza que se evidencia desde un hermoso primer poema Origen que dice:

"si somos los únicos que quedamos
de nuestras respectivas especies
te pregunto qué haremos
quieres salir a pasear
conocernos mejor
tener un hijo, o dos
llenar la Tierra
y tal vez algún día
recuperar nuestras cepas
los genes de nuestra sangre combinada…"

Este bestiario, no se limita a ser sólo bestiario, sino que también es una bitácora, puesto que, si bien recoge hallazgos también documenta un tránsito en un tiempo no lineal, detalle que advierten y acotan tanto Rubén Ríos Ávila en su prólogo como Moisés Agosto Rosario en la nota al dorso. Podemos entonces mencionar que en este poemario de David Caleb existe un no-tránsito en el sentido lineal que conocemos, pero existe un viaje que propone y reconoce al tiempo como la gran bestia que ha consumido esas otras bestias que se redescubren en el viaje imaginario en una maquina de tiempo que sirve de recurso en el inicio de este libro.

Si bien en la antigüedad, en el medioevo mayormente, (aunque nos llega al día de hoy evidencia de bestiarios griegos como el Physiologus) los bestiarios también corrieron una suerte de bitácoras. En muchos casos documentaban bestias encontradas en viajes a confines no conocidos en aquel momento, con un afán de documentar la creación divina. Tenemos pues, además de un bestiario, una bitácora poética de un viaje fantástico como texto no subyacente, sino como coexistente en el poemario. Es entonces, un libro de crónica escrito en poesía, siendo la crónica un género literario que documenta la memoria, la archiva y la clasifica para salvarla del olvido. Pero esta crónica no documenta un tiempo lineal, como ya manifestaramos, pues en la memoria todo habita en un mismo tiempo, añoranza y recuerdo son tan posibles en la memoria como el instante recién vivido, la memoria siempre es una fantasía, la memoria es una bestia creada por pedazos de realidad que manipulamos y que armamos, en algunos casos para nuestra conveniencia. Por ello, este viaje no es un viaje al pasado ordenado cronológicamente, es un viaje a la memoria. La memoria no conoce el pasado. Al decir pasado evocamos algo que ya no existe, en la memoria todo puede existir, todo existe en un mismo tiempo, o en tiempos plurales y desde ahí : todo es rescatable.

Bestiario en nomenclatura binomial, no documenta bestias animales, documenta un rescate. Documenta la palabra como bestia, el poema como bestia a punto de extinguirse y al poeta como su salvador. David Caleb propone en este viaje la salvación a través de la palabra, incluso para la palabra misma.

En sus poemas y en las bitácoras de estos poemas, el autor trae palabras de otros idiomas e incluso crea palabras, para nombrar este mundo quimérico que ha creado. Estas palabras ajenas al español que inserta Acevedo, no son ajenas al autor, para quien no hay una inconformidad con el lenguaje, al contrario, hay una comodidad con él o con los lenguajes, que le permite armar desde el conocimiento, o desde la invención, y manejar estas palabras de manera tal que en su contexto cobran sentido, como las alas en la esfinge. En ese contexto este poemario esta formado por palabras tanto reales como imaginarias, por palabras propias de varios lenguajes, palabras en desuso. Por ello en el empleo propio de la palabra hay un viaje en el tiempo que se expone de manera no lineal sino coexistente. He aquí uno de los grandes valores de este libro, una propuesta filosófica del tiempo, de la salvación, un alejamiento de lo individual y un reconocimiento de lo colectivo vuelto poesía sin pretensiones.

En este poemario los poemas en vez de animales, son pequeñas deidades que han sido olvidadas, secuestradas o acalladas por otras deidades un tanto mas comunes, a las que prefiero llamar deidades pop.

"érase una vez un poema que trataba de decir algo
pero su voz era acallada
por críticos literarios y otros jurados
érase una vez un trono de luz
que se rompió cuando la reina negra fue capturada
y encerrada en un largo y tendido sueno". (Prístino)

Entonces tenemos en la voz poética, un poeta que se ofrece así como salvador en sacrificio por la deidad, por lo mítico, lo fantástico y por la palabra misma, como fin y como medio. Es en ese ejercicio de salvación que el poeta, salva y se salva.

Regularmente las bestias son figuras atroces, en el caso de este bestiario, las bestias son figuras tiernas que insinúan un ardid del poeta para reconciliarse con los monstruos que habitan su memoria. Por ejemplo en el poema Sempiterno se puede leer una reconciliación hacia la figura materna. No debe ser casualidad que sea el poema que encuentra bajo su cama, el poema que coexiste con la voz poética aunque escondido.

"cuando te escuche desde el Alpha
del día 13 de julio de 1980 (fecha de nacimiento del poeta)
cuando abriste tus fauces
y me dejaste salir"(Sempiterno)

Instantes anteriores del mismo poema, dan cuenta de esta relación antagónica entre madre e hijo, entre lo que puede leerse como la presencia de un sistema religioso/simbólico autorizado vs un mundo mítico y caótico-que es el poeta-. Cuando la voz poética habla a quien leemos como la madre, se autonombra:

"un espejo un reflejo de tu propio desdén
mientras caminas sobre el agua
diciendole al viento cosas dulces al oído
para que cese su tormenta".

Me pregunto cual será la tormenta que hay que acallar?
Igual sucede con el poema que prosigue donde hay un diálogo con la figura paterna:

(Leer Supernal)

Hay otras muchas lecturas posibles para Bestiario en nomenclatura binomial de David Caleb Acevedo. Podemos leer un fuerte discurso de la poesía como ciencia, podemos leer la obsesión científica de nombrar para categorizar, en este caso la palabra y con ella el conocimiento del muerdo a través de la palabra. Es posible leer un diálogo intenso con Darwin y el Origen de las especies, no debe ser casualidad que este libro sea salga a la luz a 150 años de la publicación de ese primer libro y a 200 años del nacimiento de su autor. Podemos también hacer una lectura budista en cuanto existe una desaparición del “yo” que se urga desde los primeros poemas hasta el encuentro del “nostros” en el poema final, donde el libro se abre al lector para que sea este quien complete los versos en blanco. Eso lo podemos ver en el poema Crux, tal vez el poema más emblemático en la propuesta poético-filosófica del libro cuando dice:

"vine a mostrarte la puerta
a un universoque es inicio en mí
pero que solo puedes completar tú
escribiendo ahora: _________"

Es entonces este poemario una búsqueda de esa sabiduría colectiva, sobre una sabiduría individual. En el mismo ejercicio, cosa que me honra, esta el permitir ilustrar sus bestias y plurificar con imágenes visuales las imágenes ya creadas. Podemos hacer también una lectura cabalística en cuanto existe la idea en el texto de que la palabra es origen, fin y finalidad de todo lo que existe, y que todo viene de una motivación de dar que imita al creador o a la creadora.

Esta poesía tiene un tono reverente, muy raro en David Caleb, pero es a su vez irreverente en cuanto no da fe de reverencias a religiones normativas, sino a mundos míticos que desmonopolizan la fe como la conocemos hoy día y que han demostrado su fallo como verdad absoluta para poco a poco convertirse en el culto de unos pocos. No se engañen pues en el tono reverente de este poemario, es un poemario anti-normatividades (religiosas, políticas, poéticas y existenciales). Aquí hay una apuesta a la pluralidad y a la diversidad. Eso hace de este texto un texto político a favor de la inclusión y del respeto y valoración de las diversidades. Este poemario es un mantra continuo en el viaje de búsqueda de la sabiduría colectiva, que no se haya en una sola verdad.

Podemos seguir haciendo lecturas de este poemario/ bitácora/ crónica, pero mis lecturas simplemente limitan las infinitas lecturas que puede y tiene la capacidad de sugerir este ingenioso texto.

Solo me resta decirle a David Caleb Acevedo, como amigo, como compañero escritor y como hermano, unos versos que el mismo escribiera en el poema Pírrico y que me atrevo a parafrasear, dónde lo leo y lo ilustro como su propia bestia:

"tú también has vencido al mundo
aunque ha sido una victoria pírrica
si más que ganarle a Dios
te has ganado a ti mismo".

Ángel Antonio Ruiz, 2009 ©